La misión es devolver las perlas
Durante la dinastía Han del Este, las Perlas del Sur de Hepu eran valiosas y floreció una cultura del juego en torno a ellas. Li Ling, conocido como el "Príncipe de la Perla", es arruinado por un magistrado que manipula uno de estos juegos de perlas. Obligado a convertirse en un peón en la manipulación del precio de las perlas, Li Ling encuentra un trágico final como chivo expiatorio. Tras morir, renace momentos antes de su caída, despertando la capacidad sobrenatural de ver a través de las ostras y percibirlas. Armado con los recuerdos de su vida pasada, Li Ling apuesta sin descanso, embarcándose en un camino de venganza y una legendaria búsqueda para recuperar las perlas, tal como lo decretó el destino.